Monday, May 19, 2008

COMO TRATAR CON NIÑOS

Los niños no deberían de existir. Puta madre odio a los chibolos con pasión, ¡chibolos de mierda me sacan de mis casillas! A los niños deberían de criarlos en granjas hasta que sean adultos. Este es mi planteamiento. Nace el mojón, este es depositado en un corral de tamaño mediano (no es necesaria la crueldad) y llevado a la granja, donde lo lobotomizan para mantenerlo tranquilo y no llore o joda la paciencia de sus cuidadores. Es alimentado vía intravenosa, mientras permanece en coma y cuando es adulto, se le implanta un chip con una memoria virtual de una infancia común y corriente y es despertado. Este es integrado a la sociedad. ¡Bingo! Un nuevo ciudadano adulto. El darwinismo social en su estado productivo.

¿Por qué hacer esto? Porque los niños me llegan al pincho. Asi de simple, asi de sencillo. Los chibolos de mierda son sucios, hacen bulla, joden, gastan la plata en cojudeces como caramelos o chocolates y por sobre todas las cosas me llegan al pincho. ¿Ya lo dije? ¡Qué chucha este es mi blog y acá escribo lo que carajo quiero! Odio a los chibolos, especialmente los mocosos de mierda que se quedan mirándome con cara de cojudos, absortos, con el moco colgándole de la nariz y la boca abierta. Mierda como odio a los chibolos. El otro día salía a dejar mis bolsas de basura a la puerta que da a la calle, pues el camión recolector pasaría pronto. Estaba concentrado en lo mío, cuando siento una mirada que no se despegaba de mi.


Era un mocoso de mierda parado al costado, que me miraba con la boca abierta, completamente idiotizado y a cada segundo que pasaba iba abriendo mas y mas los ojos y abriendo mas y mas la boca, mientras de su naríz se descolgaba un moco verde que cuando llegaba al filo de su labio superior, ¡snif! lo aspiraba de nuevo y otra vez el proceso de descolgar el moco. Lo miré y le pregunté que miraba. Solo parpadeó y siguió mirándome con cara de cojudo. "¿Qué nunca has visto a alguien botar la basura?", y el mocoso de mierda mirándome, como si estuviera viendo a un ser de otro planeta. "Te cagaste chibolo, por huevón", pensé mientras me acercaba al chibolo que seguía chupando el moco. Le metí un pellizcón en los cachetes hasta que me dolieron los dedos mientras le decía: "que lindo el chiquilín", (no vaya a ser que su vieja estuviera por ahi). Empezó a llorar y dar de gritos y para evitarme molestias entré de nuevo a mi casa. Odio a los niños, por eso se me ocurrió un método para lidiar con situaciones similares.

EL PUNTAZO.- Este es un clásico, muy efectivo con niños menores de seis años. Consiste en aplicarles un puntapie al cóccis tan fuerte como sea posible. Usar botas con punta de acero para un mejor efecto. Ese niño no volverá a cruzarse en su camino nunca mas.

CHILOTES.- Este es mi favorito. Como los chibolos aparte de ser chibolos son estúpidos, se dejan guiar por lo que uno les dice. Te aproximas al mocoso de mierda que te revienta los nervios mirándote boquiabierto y amistosamente le dices: "Vamos a jugar a los chilotes" a lo que el chibolo como está en estado catatónico por lo chibolo idiota que es, no dirá nada. "El que llora pierde", dices de inmediato. Como no dijo no, lo tomas como un si. Agarras su brazo por la muñeca y con la mano que te queda libre, extiendes los dedos indice y medio, estirándolos firmemente y le das de latigazos con esos dos dedos en el antebrazo, hasta que llore. "Perdiste", le dices y te vas.

SOPAPO.- Este es un anestésico de amplio espectro. Puede ser aplicado en mocosos ruidosos de mierda que juegan julgol y no dejan de reventar tu puerta a pelotazos, como también en chibolos cojudos que juegan en el parque con su perrito. Puedo pasar a un mocoso cojudo, pero no a un mocoso cojudo y maricón. Solo hay que extender los cinco dedos de la mano, lo mas separados entre si y meterle el cachetadón con un movimiento del brazo, enérgico, haciendo un giro ligero de cintura siguiendo la dirección del golpe. La mano debe abarcar parte de la frente, ojo, nariz y boca del mocoso a domesticar para que el efecto sea mayor. En este punto el mocoso dejará de joder pero, si por algún motivo el chibolo borrico no capta el mensaje, se usará un efecto de rebote al aplicar la fuerza de la inercia del brazo que se utilizó para la doma. Se gira la cintura en sentido contrario, impulsando el brazo de regreso, teniéndo especial cuidado de impactar la cara del mocoso testarudo con el dorso de la mano (los nudillos), prefiriendo en este caso golpear el pómulo. Se recomienda el uso de frases y adjetivos como: "¡Callate mierda!", o mejor aún: "Llora y te parto la jeta". Ese mocoso va a mojar la cama hasta bien entrado los veinte años donde lo tendrán que llevar a terapia.

Seguro que este método será de mucha utilidad para todos. Pueden enviarme las gracias, mojones.


4 comments:

mrdorianwilde said...

Totalmente de acuerdo Luis. Los niños, a veces, son detestables e irritantes!
Saludos
Mr. Dorian Wilde

Anonymous said...
This comment has been removed by the author.
Unknown said...

que loser, pareces un pijo emo llorando y quejandote por todo, madura fracasado !!!

LOOOSer :P

LUISCYPHER999 said...

¡Joder! Roberto Andrés, que tenéis serios problemas de identidad, ¡Vive dios! Me escribís con anglicismos y después me llamaís pijo, hombre ¡joder que me poneís cachondo! La estupidez que tiene la estupidez de tu estupidez no te permite ver como haces el rídiculo al dejar un mensaje que no te han pedido. Y yo soy el loser. Ahora ¡LARGO DE MI BLOG MIERDA!