Mientras escribía el post anterior, cargado de pacharaquería y mierda "sentimentaloide" que, a todos ustedes atorrantes encanta, pensaba: "¿Serán tan estúpidos para comerse el cuento?". "¡Ni cagando!", me respondió mi lado optimista. No pueden ser tan estúpidos. Si entran desesperados en búsqueda del conocimiento, la sabiduría y, sobre todo, la paz espiritual que solo yo puedo ofrecer, entonces no son tan idiotas. Imposible. Solo alguien verdaderamente preocupado por desarrollarse intelectual y espiritualmente, no se pierde mi blog por ni san puto apóstol, ergo es medianamente inteligente, por decir lo menos. Pero, por la putísima madre, siempre han estado ahí para contradecir lo que pienso y demostrar que, a pesar de mis esfuerzos, han sido, son y serán una manada de bestias que solo servirían para cargar bultos a los turistas.
¿Qué hago? ¿Cierro el blog de verdad? Carajo, debería de hacerlo, al leer los mensajes retardados que ahora sí, me dejan. Hay imbéciles, contentos, eufóricos, dando vivas porque "cerré mi blog". Otros descerebrados exigen que alguna "mujer bonita" me haga cachudo, putos emos maricones. Puro ano maricón encubierto. Por ahí un retardado, con claros signos de progreso en su retardo mental, me "descubrió" cuando dice que el poema de mierda que escribí es un plagio de una canción pacharaca. Casi me descubriste, detective mojón, pero no es una sola canción, son varias canciones pacharacas encubiertas. Mierda, como siempre yo haciendo las cosas tan bien, que nadie se dio cuenta. Felicidades, autista, ahora si puedes entrar al kinder garden a tus treinta años. Al escribir esa mierda tuve que hacerlo con un balde al lado, para que el vómito no manche el piso recién encerado por la rufula a la que ahora le hago el favor. Sí, también tengo corazón.
Hay además algunos acéfalos que, como grandes expertos en temas informáticos, han dado su opinión especializada al afirmar que hackearon mi cuenta - y por ende mi blog- con la autoridad que solo un inimputable puede ofrecer. Putos descerebrados. A mí nadie me ha hackeado. ¿Y quién lo haría, alguno de ustedes, afeminados? No se pasen de optimistas. Pero el que me descuadró todo el panorama (este mensaje, se supone, debió ser distinto y con otra temática) es un pobre y triste chichero/reggaetonero disfrazado de punk, con la vida y la inteligencia de un pavo de corral. Pensar que este es el tipo de gente que me lee, me provoca escalofríos. El pobre estúpido, cuando vio que "cerraba" el blog, no tuvo mejor idea que hacer una mala copia del mío. Mierda. El huevón, aparentemente, es un chibolo de quince años. ¡Quince putos años! A esa edad estaba que me almorzaba a cuanta cojuda se pusiera a tiro y que chicha me iba a importar lo que escriba o deje de escribir algún huevón en un blog, pero el retardado este, carente de vida alguna, prefiere exponer su adolorido y escaldado recto, lloriqueando como una Magdalena porque "cerré" el blog y rompí con sus sueños e ideales. Mierda, chibolo cojudo emo marica. Seguro que aún mojas la cama, desde el día en que descubriste que Papa Noel no existe. La humanidad está involucionando y este émulo de Kim Peek es la prueba. En serio, calichín. Deberías de usar celulares en los bolsillos del pantalón.
EL CREADOR DE ESTO VA A MORIR VIRGEN
Ahora si estoy considerando dejar de escribir. ¿Para eso chicha escribo, carajo, para que ninguno de ustedes retardados mentales, progresen algo? ¿Para eso les obsequio mi conocimiento y sabiduría, para que sigan como putos autistas dando tumbos y golpeándose la cabeza diciendo: "NONONONONONONONONONO", como el enano Dustin Hoffman en Rainman? Por más que dejé pistas, pero ni con eso. Son demasiado memos. ¿Para qué chicha dejé un mensaje como este?:
HIGHLIGHT, BESTIAS
Ténganlo claro, borricos. El día que me dé la chucha gana de dejar de escribir, lo haré. Sin despedidas, sin adioses, sin lagrimones. Simplemente dejo de hacerlo y se van todos al carajo, total, ¿a quién carajo le importa lo que escriba un perfecto desconocido en internet? Solo alguien con la autoestima de una bosta, puede darle importancia a lo que se diga en un blog. Si aun lo hago es porque me da la santa gana de hacerlo y punto. Si comentan o no, si me leen o no, me llega a la punta del chopin. Mientras eso pasa, sigo, porque guardo la esperanza de poder rescatar a alguno de ustedes mojones, de las garras del Síndrome de Asperger. Ah, verdad, ¡Feliz Año!
